Nuestra expositora de la Palabra en este último servicio fué la Hna. Gloria Rodríguez bajo el tema “Él levanta mi cabeza, Él es mi Gloria”, teniendo como base bíblica Génesis 4:25.

Esta palabra nos confrontó con una realidad que viven muchas mujeres dentro de la congregación, el hecho de querer tener una familia perfecta, en ese transcurrir nos damos a la tarea de ocultar las cosas que en realidad suceden en nuestros hogares, y fingir que todo esta bien quedándonos encerradas en nuestra caparazón de falsa perfección, debemos aprender a ser sinceras, así nos daremos cuenta del estado de nuestra familia ya que en todos los hogares existen conflictos, si vamos a las escrituras no encontraremos a ninguna familia perfecta, ella nos enseña que en el mundo habrá aflicción y que debemos confiar en aquel que ha vencido al mundo. Muchas de nosotras cuando venimos a los pies del Señor nos metemos en una tarea imposible de volver todo perfecto; pero debemos entender que el Evangelio no es perfección, el Evangelio es salvación.

Si algo malo pasa en nuestros hogares no es motivo de que nuestra vida se dañe porque nosotras tenemos a Dios y sin importar lo que pase Él sigue siendo Dios y aun en medio del problema Él es digno de exaltar. La palabra nos condujo a tomar el compromiso de ser pilares de oración en nuestros hogares, no dejar de interceder por nuestros esposos e hijos sin olvidar que ellos sufren una constante persecución del enemigo. El hecho de que nuestros hijos hayan nacido en la iglesia no quiere decir que conozcan a Dios, como responsables de ellos debemos estar firmes en la roca, para que cuando ellos caigan los ayudemos a salir de diversas situaciones. Muchas veces nos detenemos por el afán de que nuestros hijos sean perfectos, pero Dios quiere que te aferres a Él, mujer no te dejes angustiar por tu problema, no nos echemos a llorar toda la vida, más bien debemos afirmarnos en la Roca eterna, porque de esa Roca viene nuestra salvación, pero también vendrá la salvación para nuestra familia.

Damos gracias a Dios por las maravillas de las que hemos sido participes en esta Tercera Convencion de Damas, confiando y creyendo que Él seguirá haciendo grandes cosas en nuestras vidas damos por finalizada esta hermosa fiesta espiritual.